Hecha la Ley – hecha la mala jugada

Juego de Palabras Por Ricki Chavez-Munoz

El viejo adagio, “hecha la ley, hecha la trampa”, acerca de los truhanes que esperan verle el lado débil a la ley para atacarla y vencerla, muestra una vez más la fuerza negativa de tal dicho contra la sociedad, en los juegos de azar y apuestas. Sin embargo, en estos días de agilidad a velocidad digital, ya no se espera que se haga la ley para hacer el juego desleal, sino que se anticipa a esta mediante cualquier jugarreta para sacar criminal ventaja en las apuestas deportivas o un juego de azar.

Tuvimos una conversación en Buenos Aires, durante el Sagse Latam con un respetado periodista deportivo acerca de la trampa en los partidos de futbol en Brasil, donde se vienen manipulando resultados en favor de las apuestas delictivas mediante el uso de jugadores de futbol, quienes se prestan para afectar uno que otro resultado en beneficio de la trampa. El problema, me decía mi interlocutor es que ahora en Brasil, se va a demorar la regulación de las apuestas deportivas y afectar el desarrollo de este sector.

Ciertamente, existe un desasosiego común ante la dinámica del elemento criminal para aprovechar necesidades o debilidades de cualquier personaje que se preste para agenciar la pretendida trampa en las apuestas deportivas, en Brasil o España, por decir.

Sin embargo, la trampa en el juego ha existido desde los tiempos de Caín, y no existe ley alguna que pueda detener al elemento criminal en su intención de llevarse el botín. Lo que si existe es la parte de la ley que penaliza al bribón en caso de probarse su participación en determinada actividad delictiva.

La nota del diario brasileño O Globo, publicada ayer lunes 22, donde dice que la regulación de apuestas deportivas va más allá de la cuestión fiscal, por la propuesta gubernamental de cumplir con la referida regulación de la Ley 13.756/18, que fue aprobada en 2022, y aprobar la Medida Provisional para regular el mercado de apuestas deportivas, se acerca un poco al problema central del asunto.

Ciertamente, “la regulación necesita establecer controles para identificar cuentas con movimientos inusuales que puedan estar relacionados con apuestas en partidos amañados”, y todo esto bien podría tener participación de la Policía Federal, Ministerio Público, Confederación Brasileña de Futbol, clubes, etc.

Al ver la sugerencia tal de O Globo y otros, uno tiene que pensar que la regulación de algo no puede estar entrampada en todo y cada uno de los organismos afectados, porque el pretendido delito pueda afectar a la sociedad entera; y mas bien deben existir los mecanismos para buscar la prevención del delito, como se hace en Europa, donde se trata de proteger a los deportistas mediante aplicativos electrónicos para su denuncia anónima.

Lo que Brasil necesita con urgencia, no por los impuestos que el gobierno pueda recaudar sino por el daño que una actividad de gran volumen económico sin reglamento causa a la sociedad y a los elementos vulnerables dentro de esta como los menores de edad, es aprobar la MP para la aprobada ley con carácter de urgencia, tal como lo ha solicitado el Ministerio de Hacienda.

Viendo el ejemplo de Europa, allá los por años sesenta del siglo pasado, cuando la mafia norteamericana puso pie en Inglaterra instalando casinos de juego en medio de la irregularidad, el parlamento aprobó la Ley del Juego de 1968, que contenía como elemento esencial la proteccion del ciudadano contra el posible daño que la ludopatía puede causar. Partes protectoras de esta ley establecían que los casinos no podían dar crédito monetario a los usuarios, o prestarles dinero para que tomen parte en el juego. También se prohibía la publicidad de los casinos, al acceso inmediato a estos, o la venta de licor en las mesas de juego, entre otras medidas regulatorias.

El caso es que, ante todo, la proteccion de ciudadano era el elemento principal de la ley y reglamentos, y contra el desacato o la contravención de tales, la ley contenía penalidades fuertes hacia los transgresores. Entre 1980 y 1982, dos de las cadenas principales de casino británicos fueron cerradas por transgresiones de la Ley del Juego, sin miramiento alguno.

No puede existir ley o reglamento alguno que cubra la totalidad de infracciones o delitos habidos o por haber, especialmente en estos días de desarrollo electrónico y digital a velocidad de pensamiento, especialmente si estos tienen intenciones delictivas.

Lo principal para Brasil, Perú, Chile o cualquier jurisdicción que tiene la buena fe de proteger a su sociedad y, porque no, recaudar tributación a una actividad de negocios como las apuestas deportivas o el juego online, es legislar y reglamentar esta actividad a la brevedad posible; y adecuar las normas con el avance del tiempo y desarrollo de inteligencias artificiales o futuristas, porque de una forma u otra, los truhanes van a seguir con malas jugadas para beneficio propio. Pero cuando esto suceda, les debe caer todo el peso de la Ley.