Un double-whammy para la Sociedad y el Juego

Juego de Palabras Por Ricki Chavez-Munoz

El reporte del medio argentino El Popular sobre la preocupación de las agencias loteras en cuanto al volumen de apuestas, especialmente a La Quiniela, que continúa encabezando las preferencias de los consumidores, confirma el estado financiero de las comunidades como consecuencia de la pandemia.

Usualmente en tiempos de crisis, los apostadores se las juegan un poco más porque ven a la suerte como una forma de sosiego ante la incertidumbre, y contar con unos pesitos más si la dama fortuna liga. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 es un fenómeno inédito en la sociedad, cuyas consecuencias van más allá del hecho que “La gente apuesta menos”.

Aparte de que las economías personales y familiares se reducen, la economía macro de los países se mantiene casi paralizada y sin evolución debido a condiciones internas y externas por diversos acontecimientos relacionados con la pandemia, desde pobre planificación en las etapas de cuarentena durante la primera ola de infecciones hasta cambios políticos de aquí y allá.

La enorme falla política en EEUU, donde el saliente presidente Trump ha sido un desastre casi tan enorme como la pandemia, con antojadizas nociones de subversión y potencial corrupción a nivel macro, han creado lo que se llama un double-whammy – doble peligro – para el país, con la mayor mortandad para este por un abismal tremendismo contra el peligro del COVID-19, por un lado, y la negación de su derrota electoral, por otro lado.

Con el estancamiento de la economía norteamericana y el cierre de fronteras de unos países a otros, las economías locales en países, latinoamericanos especialmente, deben ver cómo se las arreglan para generar empleo, insumos, divisas y planificación contra la pandemia. Entonces, no es imposible ver que los jugadores a la Quinela no puedan contar con un sencillito para jugársela como de costumbre.

Al otro lado del Atlántico, en la madre patria, el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ) en 2020, ha visto a mas de 6.000 personas buscar su propia exclusión de las webs de apuestas, aumentando la cifra total de autoexcluidos a los juegos de azar, que ya asciende a 56.329 inscritos en toda España, “un crecimiento del 12% respecto a los apuntados en 2019”.

En general, así como la sociedad, la industria del juego va a pasar un buen tiempo en proceso de recuperación económica, y lo primero que se viene es un nuevo proceso de racionalización que va a ver miles de empleos desaparecer por completo. Asimismo, conjuntamente con la desaparición de estos, la industria del turismo también va a ver cambios inéditos donde tanto aerolíneas como destinos de ocio y diversión verán disminuir oferta y economía; y de esto no se libra tampoco la industria del juego.

Sin embargo, sentimos el aforismo asiático timbrar en los oídos y con esperanza insistir que la crisis crea momentos de oportunidad. Se abrirán nuevas formas de vida y entretenimiento, y avistaremos hacia adelante olvidando un poco que todo tiempo pasado, en verdad, no fue mejor.