BRASIL – Bolsonaro no quiere firmar decreto que regula apuestas deportivas

La Casa Civil anuncia que si no firma decreto cometerá delito de falta de responsabilidad

El lunes (12) es la fecha límite para que el gobierno regule el negocio de las apuestas deportivas, y las posibilidades de que el presidente saliente, Jair Bolsonaro firme la medida que define las reglas del sector se consideran nulas, aun habiendo sido advertido por la Casa Civil que si no firma cometerá delito de falta de responsabilidad, y si no lo hace, empresas gigantes como Pixbet, Sportingbet, 1XBet y Betsson ya han pronosticado el caos para el sector.

Estas empresas emergen varias de las principales anunciantes en estaciones de televisión y como patrocinadores relevantes de eventos y equipos deportivos, y que, entre bastidores, han estado proponiendo la regulación aprobada por ley.

La Ley para legalizar el mercado de apuestas en Brasil fue firmada por el expresidente Michel Temer en 2018, y según el texto es necesario establecer ente regulador que establezca los parámetros de operación de estas empresas, todas las cuales tienen su sede fuera d Brasil.

El texto de la Ley establece un período de dos años para la preparación del reglamento, con la posibilidad de una prórroga por el mismo período, período máximo el cual, que vence el lunes 12 de diciembre 2022. Tanto el decreto como la medida provisional que regula la actividad en el país pasaron por el tamiz del Ministerio de Economía y Casa Civil.

En diciembre del año pasado, la Secretaría de Economía envió cartas a la PGR (Procuraduría General de la República) y a la Policía Federal solicitando acciones de las dependencias contra los sitios de apuestas. La carpeta argumentó que las empresas actuaron de manera irregular, sin control de cuotas y sin rendición de cuentas. Ninguno de los dos organismos ha tomado medida alguna, ignorando completamente tales cartas.

En junio pasado, durante la campaña electoral, la bancada evangélica en la Cámara de Diputados logró presionar a Bolsonaro para archivar la ley. Los evangélicos argumentan que las apuestas deportivas son una puerta de entrada para los casinos y los juegos de azar, que son considerados inmorales por estos, y que ahuyentarían a electores a favor de Bolsonaro si aprobara la ley. Bolsonaro, según sus asesores, accedió a tal recomendación y dejó el caso para su segundo mandato.

Sin embargo, en las elecciones presidenciales fue derrotado por Lula y, según la evaluación de los representantes de estas empresas, el derrotado Bolsonaro no tiene el menor interés en dejar al presidente electo la regulación de un sector que puede recaudar por lo menos R$ 6 mil millones anualmente entre impuestos y otros tributos.

Según Andre Gelfi, socio gerente de la empresa sueca Betsson, sin el decreto, las compañías operarán en la inseguridad jurídica. Sin regulación, la operación de estas empresas en el país dependerá de las decisiones judiciales, y corresponderá a cada juez definir las reglas, es decir, legalmente, el negocio se convertirá en un mosaico con reglas que se aplican a unos si, y a otros no.

“Nadie está remando en contra de la regulación. Una parte del gobierno lo quiere, los operadores lo quieren, el fútbol quiere esa seguridad, los editores también la buscan. Somos grandes anunciantes hoy y todos están sacando a la luz este tema porque quieren seguridad jurídica para el segmento”, dijo Gelfi.