Enjoy en el craps del Chapter 11

Juego de Palabras Por Ricki Chavez-Munoz

No es extraño ver que la que fuera una gran empresa chilena en casinos de juego y hoteles, Enjoy, ahora se vea en la antesala de quiebra en EEUU, lo que significa acudir al Tribunal bajo la protección del Capítulo 11 (Chapter 11) de la legislación – que permite la reorganización financiera de una empresa, ahora que cuenta como accionistas principales a fondos de inversión norteamericanos, algunas veces referidos como fondos buitres.

No es extraño tampoco ver en peligro financiero a Enjoy, porque ya en Chile, dio inicio del Procedimiento de Reorganización Judicial de la empresa en abril pasado, por efecto negativo económico del estallido social que remeció ese país en 2019 cuando se levantó el pueblo contra la abusiva constitución que dejó como legado el tirano Augusto Pinochet, además de los estragos de la pandemia global por el COVID-19, que causaron un profundo impacto económico en la compañía, que motivó prácticamente el abandono de los proyectos de inversión en cuatro los casinos municipales que había ganado en las licitaciones respectivas.

El Chapter 11 es una suerte de sosiego financiero para empresas mal llevadas o que llegaron a este hiato como resultado de una especie de exabrupto financiero. Anteriormente aquí llegaron empresas de casinos, como la del ahora presidente USA, Donald Trump, antes que las vendiera, o las condujera al Chapter 7 de la liquidación de empresas en quiebra.

Es curioso ver cómo en numerología, el 11 no significa nada especial durante el juego de dados en el transcurso de una partida; aunque al inicio de esta el 11 es ganador, así como el número 7. Como contraparte, al final del juego, mientras que un 11 puede dar un resultado sin consecuencia mayor, si sale el 7, se acaba todo y las apuestas a ganador pierden.

Asimismo, en la vida de negocios, la suerte de limbo que el sistema legislativo de EEUU ampara a las empresas con el Chapter 11, puede cambiar la suerte de estas, aunque generalmente como se vio con empresas como las de Trump, los que tenían la sartén por el mango pusieron pies en polvorosa como libidinosos tahúres y se llevaron botín y fondos, dejando en la bota a cientos de pobres trabajadores e inocentes proveedores.

Sin embargo, el negocio del casino no es un negocio como cualquiera, porque un casino que entra al limbo del Chapter 11 entra también a un estado de cuestionable financiación, donde la banca que garantiza el pago a los ganadores, o el fondo fijo regulatorio para la operación puede ser tan falso como las promesas de un político mendaz, tal como lo vio Trump en su momento, cuando los jugadores de calibre dejaron de ir a su casino en Nueva Jersey.

El problema para Enjoy y sus casinos, es que, si bien podrán pagar los premios de pesos y centavos en un tragamonedas, un estado de limbo financiero pone más dudas que certezas en el futuro de la empresa. La posibilidad de un 7 se vez mas ominosa en este juego de Craps financiero, que en verdad podría verse como el resultado de una increíble crápula.

No hay tiempo y espacio para revisar la legislación de juegos de Chile – Ley N°19.995, modificada por la Ley N° 20.856 – que establece las Bases Generales para la autorización, funcionamiento y fiscalización de Casinos de Juego en este país para ver si permiten que un casino en la antesala de quiebra pueda bancar juegos de suerte y azar. O, por lo mismo, legislación en Argentina o Uruguay, donde Enjoy también opera casinos de juego.

La triste verdad es que cuando una operación de casino de juego es afectada por la incertitud de un proceso de quiebra, el sistema contable de la empresa da inicio a una suerte de estrechísimos ahorros para no asfixiar financieramente a la empresa; y estos ahorros impactan en la promoción, venta y servicio de los productos, o casino en esta instancia, trayéndose abajo la confianza de los clientes, tal como sucedió con el casino de Trump en Atlantic City, Nueva Jersey, EEUU.

Antes que la suerte le sonriera a Donald Trump con la presidencia de USA, este había llevado al menos tres propiedades en Atlantic City al Chapter 11. Según el fotógrafo Brian Rose, su legado reflejaba el promedio de empleo en la ciudad del juego de Nueva Jersey que en ese momento tenia 7,4% de desempleo – casi el doble del promedio nacional. “Cuando Trump fracasó con sus casinos, convirtió a Atlantic City en un pueblo fantasma”, dijo Rose. “Su legado sigue dando espanto en el malecón”.